sábado, 10 de enero de 2009

Miscelánea de Año Nuevo

Estoy sentado en la terminal de pasajeros de un aeropuerto cualquiera. Mientras, en Barcelona, Anna se desespera porque, como todos los meses, una vez más no cumplo con los plazos de entrega. 

Cada vez me pide los artículos para antes. Sospecho que ya tiene calculada mi tasa habitual de demora. Así, me carga con la culpa y, al final, tiene estas páginas a tiempo. No se, tal vez es mi imaginación, o puede que sea éso lo que yo haría en su lugar.
La gente pasa deprisa, buscando un primer café con el que volver a la vida, el periódico, algo de picar, o tal vez un regalo de última hora adornado con el tufillo de cierta conciencia culpable. Como ya no se mirar las cosas con otro cristal que el que me acompaña desde hace casi veinte años, me imagino a estas personas como perros en una exposición, yendo pasillo arriba, pasillo abajo, buscando quien les juzgue, quien les alimente o quien les de, si cabe, una leve muestra de cariño. En estos devaneos, que me ayudan a aligerar la espera, empiezo a pensar en cómo habría sido mi vida sin los perros. No me refiero al hecho de haber dejado de tener uno, o incluso un par de chuchos en casa, sino al de no haberme metido en todo este berenjenal al que, para abreviar, llamamos cinofilia. Por cierto, que dice un amigo mío que el 95 por ciento de los cinófilos producen hijos cinófobos, salvo en un 5 por ciento de los casos en el que las cosas salen mal y los hijos heredan la enfermedad de sus padres. ¡Qué se yo!
Probablemente, de no estar en ésto, ni siquiera viviría en el campo. Siempre me ha gustado la Naturaleza, pero me reconozco esencialmente urbanita. Cuando viajo prefiero conocer ciudades como Londres, Paris, Roma, Berlín, Nueva York, etc... que meterme quinientos kilómetros de trekking por los senderos de cualquier paraíso natural. Me gusta ver pasar a la gente, imaginar cómo son sus vidas, ver lo que comen, dónde compran, sus iglesias, sus bares, sus museos e incluso sus cementerios. Así que, lo más seguro, de no haberme complicado la vida con los perros, viviría en el centro de la ciudad y bajaría cada mañana a tomar un café y comprar el periódico antes de ir a trabajar.
En lugar de éso, cada día, me levanto un poco antes de lo que sería razonable, para tener tiempo de juntar mierdas, pasear a algunos perros, dar de comer a los cachorros, o a los jóvenes, o a alguna perra preñada, revisar que todo está en orden, desayunar algo a salto de mata y llevar a Juan al cole para, después, llegar casi siempre tarde a la primera cita del día. Vivo en el campo, rodeado de naranjos y con pocos vecinos, en un lugar ideal para tener perros. Me gusta mi casa, pero reconozco los inconvenientes. En ocasiones uno se va a dormir con la paranoia de si alguien intentará entrar y deseando que, de ser así, lo hagan cuando no estemos. No sería la primera, ni la última casa de campo en la que sucede. No tener vecinos da tranquilidad, pero también el aislamiento hace que uno no pueda recurrir a nadie en determinados momentos. También, según las estadísticas, mi porcentaje de morir si me da un infarto es mayor que el de otros, porque nunca, salvo que pasara por la puerta, una ambulancia llegaría a casa a los diez minutos de haberla llamado. 
Si no estuviera en los perros tendría más dinero. O en el banco, o para gastar, me da igual, pero de éso no me cabe ninguna duda. Si pongo en un lado lo que he percibido en estos años por vender cachorros o dar alguna monta, únicas posibilidades de ingresos para un criador, y en otra lo que he gastado comprando perros, dándoles de comer, veterinario, peluquería, montas pagadas, gasolina, inscripciones, hoteles, etc, etc... el saldo es, más que negativo es demoledor. Uno está en esto porque verdaderamente le gusta o porque es un imbécil... ¿o tal vez sea por una sutil combinación de ambas premisas?
Un niño llora durante el despegue del avión. Le deben doler los oídos. Me acuerdo de mi hijo, de mis hijos, y del tiempo que he dejado de estar con ellos por culpa de los perros. Tal vez sea éso lo único irremediable, la única razón por la que uno se plantearía dejar los perros fuera de su vida. En realidad, si se analizan los pros y los contras de esta afición se llega a la conclusión de que seguir en la cinofilia es una profunda equivocación. Yo me alegro de haberme equivocado.

La doble vida del perrero
Por cierto que, convendrán conmigo que los perreros tenemos una particularidad especial: vivir de manera natural una doble vida. Muchas veces, en las películas, en novelas e incluso en la vida real, vemos el caso típico de un menda que engaña a su mujer o viceversa y mantiene, a veces, dos familias y todo, y lo que más le puede es el estrés de esa doble vida. Para nosotros es algo natural. ¿Verdad que ustedes tienen amigos normales, o de toda la vida, y amigos perreros? Además, casi nunca existe nexo o relación entre unos y otros. Sospecho incluso que hay quien oculta a la familia o la los amigos de la infancia, la existencia de esas amistades extrañas de tipos que peinan y engatusan perros, se visten con trajes imposibles, viajan a Moldavia, a Uzbekistan o al culo del mundo con tal de sacar a su perro en Clase Campeones, conocen cuarenta tipos de champú para su perro y a veces no gastan ni Jabón Lagarto para ellos mismos, se saben el código genético de sus ejemplares, que colores dan, el ph de su piel, y ni puta idea del tipo de sangre de sus hijos. Conozco gente que organiza dos veces sus fiestas de cumpleaños: una para familia y amigos, otra para perreros. Y no es que tengan éstos la peste, todos no, pero si es verdad que nos gusta mantener esa parcela como propia, tal vez porque resulte inexplicable e incomprensible para una mente, digamos, normal. Nos pasa como grupo lo que a Groucho Marx le sucedía a nivel individual, como nunca seríamos socios de un club que nos admitiera como miembros ¿qué mejor que estar todos juntos? Uno de mis hermanos vió la película “Best In Show”, a la que algún creativo desgraciado de los estudios cinematográficos rebautizó en español como “Very Important Perros”... espero que ese señor se pudra en el paro! Bueno, pues después de verla me dijo que menuda exageración, vaya caricatura, etc, etc... Al poco tiempo me lo llevé a una Exposición. Desde entonces dice que la susodicha película no es una comedia, sino un documental. ¿La han visto? Háganlo... y jueguen a poner nombres reales a los diferentes personajes.

El coche fantástico
Otra característica del perrero es su manera de comprar o elegir los coches. Mi amigo Paco (y hasta aquí puedo leer) fue a cambiar de coche hace un par de años, más o menos. El vendedor le hablaba de motor, consumo, equipamiento, etc, etc, pero él sólo estaba interesado en el maletero, en sus dimensiones. Cuando le llevó a verlo salió un momento a la calle y volvió con dos Vari-Kennel que fue colocando en diferentes posiciones ante la alucinada mirada del vendedor. “Perfecto, puedo poner cuatro y aún me queda sitio para los trastos”
Todos buscamos coches grandes, furgonetas, etc... El perrero usa y abusa del coche y tal vez sea por eso que necesitamos cambiarlos a menudo. Pero éso no le pasa a todo el mundo. Hay quien tiene suerte y ha dado con “El Coche Fantástico”, como Juan Luis. “El Efebo” tiene un Hyundai de gasolina con 360.000 kilómetros, y funcionando. En 11 años ha hecho más salidas de Antequera que el Ave de la Estación de Atocha. Muchos lo habrán visto en los lugares más inverosímiles, haciendo de comisario, de fotógrafo, exponiendo o repartiendo bienmesabe, que digo yo que la Junta, o al menos el Ayuntamiento de Antequera, deberían darle una subvención por la promoción que hace de su tierra. Ahora Juan Luis quere cambiar de coche. Dejaremos de ver el Hyundai leproso, lleno de ronchones por una vez que se le ocurrió llevarlo a pintar. Ya no lo adelantaré más por el Puerto de Pajares, por Madrid o camino de Gerona. Ese coche salió muy bueno de motor. El que venga va a tener el listón muy alto, tanto que, estoy seguro, no podrá dar la talla. Aprovechen y busquen a Juan Luis en la próxima Exposición y pídanle que les enseñe su coche. Con suerte aún no lo habrá cambiado. Si ya han visto la Sábana Santa de Turín ya sólo les queda por ver el Hyundai del Efebo... pura historia de la cinofilia.

La vida sigue igual
Buscando documentación he estado releyendo artículos de hace cuatro y cinco años. ¿Han hecho la prueba? Uno se da cuenta de que estamos en un microcosmos que se retroalimenta y se convierte en un círculo vicioso del que parece imposible salir. Las preocupaciones son las mismas, los problemas también, incluso, en su mayoría, la gente. Igual que hace diez e incluso quince años. Contraviniendo al aforismo diríamos que aquí todo sigue igual para que las cosas cambien... o no. Lo único que rota son los perros, pobrecicos míos, pero nada más. Cambiamos de año y lo empezamos, como siempre, con la esperanza de que, al menos, seamos capaces de hacer ver al resto del mundo que, aunque somos unos excentricos, aunque estemos locos, no somos peligrosos y que nuestra afición a los perros tiene unas raíces y unas razones mucho más profundas que la simple vanidad o el pisto social que se dan algunos a los que en su pueblo no los conoce ni Dios. Por cierto que, en mi opinión, ese afán de relevancia social es el que ha llevado a algunos a emprender aventuras paralelas, tan personales y personalistas que cuando se les ve el cartón acaban a gorrazos con los pobres infelices que les siguen en el asunto. Este personalismo, ese afán mesiánico protagonista es el que hará, estoy seguro de ello, que poco a poco vayan cayendo de maduras, o por su ineficacia o cuando la Parca se encargue de descabezarlas. Pero notas al margen, a ver si este año ponemos todos, cada uno en lo que le toca, un poco de nuestra parte para hacer un mundo mejor y para que la Sociedad deje de mirar al perro como un estorbo y tenga en cuenta su valor social, histórico, educativo y terapéutico. Salud, salud y salud. (Artículo publicado en la revista "Todo Perros" de Enero 2009)

17 comentarios:

  1. Vamos a ver yo tnego una duda, cuando se pasa de tener una mascota a ser un cinofilo, que es lo que os impulsa a dar ese paso. Otra duda en este mundo en algun momento los perros dejan de ser compañeros para convertirse en instrumentos para alcanzar una meta. No quiero ofender a nadie, solo es puro desconocimiento.

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  2. Hola Garion... interesante cuestión. Yo creo que cinófilo es todo aquel que tiene un interés en o por los perros que va más allá de la simple tenencia, ocupándole y preocupándole cuestiones como la cría, selección, trabajo, exposición, etc... En cuanto a lo segundo, difícil asunto. Evidentemente ningún criador serio puede negar que sus perros son un instrumento para llegar a una meta, normalmente una mejora de la raza en cuastión, lo importante es lograr que, a pesar de su valor instrumental, tus perros nunca dejen de ser, por encima de todo, tus compañeros.

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  3. Hola..La primera vez que leí un articulo tuyo, fué porque estaba aburrida en el trabajo, tenía unas horas libres, y cuando hube ojeado todas las fotos de las expos, empecé a leer, comenzando por la editorial, que por cierto, me gusta mucho, desde ese día, me leo hasta los estándares de las razas..Pues bien ese primer articulo fué el del pobre señor aburrido que trabajaba en un banco y se ve enredado en la aventura de conseguir el famosísimo pekinés, creo que era un pekinés ¿no?, y aparece su extravagante tía. Bueno pues cuando leí el primer articulo quede enganchada a Perros de hoy.. El día que conocí a Percey, con tú articulo, lloré la primera vez que lo leí, y repetí, porque las lagrimas no me dejaron leer con tranquilidad, y me pasó lo mismo, hoy lo he vuelto a leer, después de leer "Malos tiempos para la lírica", y descubrir este blog, y he vuelto a llorar.. Yo creo firmemente que todos los perros son especiales, cada uno a su manera, pero ese de una vez en la vida, ese, tiene algo que lo hace.... pues, eso un perro de una vez en la vida, para mi es una perra, y ella ha sido, y es, el "Sol" de mis días, en una de las etapas más difíciles de mi vida. Para mí lo que te dan los perros es totalmente distinto a lo que nos aportan nuestros congéneres, no digo que ni mejor, ni peor, sólo distinto. La gente que no tiene la suerte de compartir su vida con un perro, no sabe el gran amigo que se pierde.
    Me encantan tus articulos, me parecen muy cercanos...

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  4. Lo cierto es que tu artículo mensual es lo que espero con más ganas de la revista... pero no lo leo hasta que llega la página correspondiente... así lo hago durar más, jaja! Escribes francamente bien y normalmente de temas harto interesantes aunque a primer golpe de vista no tengan mucho que ver con los perros....
    Este artículo en particular me llegó hondo y lo cierto es que me puso un nudo en el estómago. Sólo los que hemos compartido la vida con un animal así somos capaces de entender tus palabras.Y los que te tilden de noños... allá ellos que no saben lo que se pierden!!
    Joan Fenosa

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  5. Bueno Mª Ángeles y Joan, perdonad que no haya respondido antes... he tenido unos días moviditos.
    Me alegro de que os gusten los artículos. La verdad es que los escribo con el corazón, sin esperar que gusten o disgusten, gracias, sobre todo, a la total libertad que me dan para escribir lo que yo quiera.
    Respecto a los perros, y salvando todas las distancias, tal vez lo mejor que tienen es que su cariño es incondicional y nunca te piden explicaciones, a pesar de nuestros múltiples fallos.
    Entre hoy y mañana pondré algún artículo más. Ayer terminé el de la revista de Marzo y en unos días me voy a Rusia por cosas de perros, así que estoy seguro de que vendré con material para contar

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  6. Pues nada a esperar el próximo articulo y buen viaje.

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  7. Por cierto haber si comentas que la revista es muy cara para lo rapido que se lee, hay que meter mas molla; Mas articulos, libros de adiestramiento por capitulos....

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  8. Por cierto soy garion, pero con 31 tacos creo que ese nombre ya no pega

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  9. Otra cosita porque en tu web no pones fotos de tus perros junto a los pedigree, la verdad es que me gustaria verlos. Hasta otra y que tengas buen viaje

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  10. Tomo nota tocayo. Por cierto, lo de la web es una asignatura pendiente. Nunca encuentro el momento adecuado, pero lo pongo en mis tareas para este año: terminar la web, correr una marathon, aprender alemán y terminar mi novela... a final de año os contaré las que he cumplido!

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  11. Hola de nuevo, ya he leido por ahi que los foros perrunos no te gustan mucho, pero nos podrias recomendar alguno donde podamos aprender algo

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  12. Hola a todos. Estoy preparando viaje para Valladolid, pero la semana que viene prometo colgar más cosas y darle un poco de vida a esto. Jose, el problema de los foros es conseguir apartar la broza para quedarse con lo bueno. Entra mucha gente con buena intención, con ganas de aprender y compartir, pero al final siempre pueden más los que, amparándose en un seudónimo, se dedican a tirar mierda a diestro y siniestro. Yo he encontrado algunos buenos, pero casi todos son extranjeros. Prometo poner una lista en breve. Alguno creo que interesará especialmente a Javier, aunque seguro que ya los conoce.
    Si vais a Valladolid, nos vemos y cuidado con la carretera (Estaré sólo el Domingo, con Eva Mjelde juzgando)

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  13. Hola Jose miguel que pasa con esos prometidos foros

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  14. Jajaja,perreros a mucha honra!!!

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  15. Jajaja,perreros a mucha honra!!!

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  16. Un articulo genial, realmente plasma al dedillo mis pensamientos del dia a dia. Efectivamente si no fuera perrera no viviría en el campo, efectivamente es imposible mezclar “amigos de la vida real” ( como yo los llamo) a los amigos perreros en un mismo sitio, porque unos no entienden a los otros; y cada dia tengo menos contacto con la gente no-perrera porque son incapaces de entender el porqué de estar asi y yo cada vez puedo explicarlo menos.
    Creo que los perreros no se hacen, nacen, yo soy perrera desde que tengo uso de razón, cuando me decían que carrera iba a hacer y que iba a estudiar yo decía: ¡ Voy a ser criadora!. Por aquí por casa tengo cuadernos de cuando Lorenzo, mi pareja, era pequeño en los que hacia listados de las razas que iba a tener y de cómo iban a ser las instalaciones de los perros a los escasos 8 años.
    Este mes tire a la basura montones de libros antiguos y enciclopedias para dejar espacio a las revistas de perros desde el año 80 de our dogs, el mundo del perro, todo perros etc …, que ya no sabemos donde meterlas.
    Me entere de lo que paso en Japon una semana después cuando algunos perreros comenzaron a poner un icono en sus avatares de Facebook, y sin embargo se quien a traido un perro, quien ha ganado, como quedaron los pódiums en las ultimas 20 exposiciones. La cinofilia es un mundo paralelo al mundo real.
    Me ha encantado el articulo!!

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    1. Está claro Laura!un perrero nace.yo paseaba peluches con lazos por el pasillo...jeje

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